Queridos escuchantes de Ojo al dado.
Llevamos cuatro años disfrutando de vuestro apoyo incondicional, como incondicional es la aparición en entrevistas de tantos y variados personajes del mundo lúdico.
Por desgracia todo tiene su fin y a Ojo al dado le ha llegado sin previo aviso.
El programa 162, colgado en Ivoox el día 17 de este mes, va a ser el último que podáis escuchar. No vamos a poder grabar más programas ni hacer más entrevistas, ya que nuestro sistema de sonido y ordenadores, en un lamentable y desafortunados accidente, han quedado siniestro total.
El problema se quedaría ahí y seguiríamos con nuevos aparatos, pero desgraciadamente no tenemos ningún medio de financiación para poder adquirir el equipamiento necesario que hemos perdido. Gracias a que nos queda la tablet para poder subir tan desgraciada noticia que sabemos os dolerá tanto como a nosotros, así que si la lotería del Niño no lo soluciona, la de alguien, por que tampoco podemos comprar un décimo, y ese alguien se siente caritativo, el capítulo 162 no será el último que se emita, pero soñar es gratis y más en Navidad.
Agradecimientos a todos y cada uno de los que habéis colaborado y creído en nosotros, que os habéis reído con nosotros y también a los que pensarán: ¡qué bien, por fin se callan esos pelmas!, por que todos y cada uno de vosotros habéis sido parte de Ojo al dado.
Mirad como a quedado todo después del siniestro FOTO
Chicos, no sabéis como lamento oír esto. Espero que en ese accidente solo se haya perdido material de audio, y nada más importante, ni daños personales.
ResponderEliminarDicho esto, no es el fin. Lleváis mucho tiempo en esto y os conoce mucha gente. Montad algún tipo de crowdfunding, o algo por el estilo.
Mañana os doy un toque, pero esto no puede terminar así.
Mucho ánimo!!
Pues normal. Eso de tirar dodecaedros al globo ocular no esta nada bien visto ;D
ResponderEliminarVale. Cuando lo leí anoche no asociaba que ya era 28. Buen susto habéis dado :-P
ResponderEliminarJoer, acabo de descubrir lo que me gusta escucharos, precisamente al saber que podría dejar de poder hacerlo.
ResponderEliminarQue susto.
No puedo decir más que: ¡ que cabrones! Me la habéis metio doblá
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